1. Entornos virtuales. Otra de las técnicas para autorregular las emociones es el empleo de entornos virtuales o imaginarios. Consiste en exponerte, de manera simulada, a diferentes situaciones frente a las que te sientes particularmente vulnerable.
2. Arte terapia.
La arte terapia es mucho más que una moda o una de tantas tendencias. En realidad, existe desde siempre, pero solo hasta ahora se le ha dado la importancia que merece. Consiste en emplear los diferentes artes como un medio para expresar las emociones y lograr un mayor equilibrio emocional. Además, también ayuda a elaborar los conflictos psíquicos y a construir nuevos significados.
Esta es una de las más eficaces técnicas para autorregular las emociones porque, principalmente, invita a expresarlas a través de un lenguaje creativo. Este solo hecho ya implica un paso adelante. Las emociones deben pensarse y replantease para ser expresadas mediante la escritura, la pintura, las manualidades o cualquier otro vehículo que se emplee. Practicada de manera constante, nutre el autocontrol.
4. Autovaloración.
La falta de control sobre las emociones muchas veces nace de la falta de auto-reconocimiento y de autovaloración. Nos sentimos tensos porque nos exigimos demasiado o porque nos castigamos por nuestros errores, en lugar de concentrarnos en los aciertos. Esa tensión hace que nos volvamos demasiado sensibles a determinados elementos, como la crítica, la diferencia o la exigencia.
Una buena idea es hacernos una evaluación concienzuda semanal o mensualmente. En este caso, no se trata de identificar en qué hemos fallado durante la última semana o el último mes, sino todo lo contrario.
El objetivo es identificar nuestros aciertos, las razones que tenemos para felicitarnos. Este simple ejercicio ayuda a que nos reconciliemos con nosotros mismos. Y reconciliarnos, nos hace más inteligentes regulando nuestras emociones.
5. Evita sobrecargarte.
La prevención también forma parte de regular nuestras emociones. Para esto, evita cargarte en exceso de obligaciones, responsabilidades o conflictos. Aprende a delegar parte de las tareas, a poner límites en tus relaciones y a expresar tus opiniones y deseos a tiempo.
6. Revisa tus pensamientos para autorregular las emociones.
Toda emoción se deriva de un pensamiento; por esto, si controlas lo que te dices a ti mismo, estarás en disposición de regular tus emociones. Para esto, comienza por analizar tu diálogo interno, ¿qué tipo de palabras y frases aparecen con más frecuencia en tu conversación mental? ¿Qué piensas cuando te enfrentas a un problema o a una adversidad?
Bien, ahora empieza a establecer un pensamiento que te ayude a hacer frente a los momentos difíciles, que te motive y te permita relativizar. Realiza este ejercicio cada vez que te sientas abrumado y comprobarás cómo tú mismo estabas magnificando la situación.
7. Desarrolla una actitud positiva.
El estado de ánimo y las emociones predominantes también dependen de nuestra actitud. Así, implementar prácticas como la gratitud y el optimismo puede ser muy beneficioso. Pero recuerda que esto no se trata de aplicarlo en un momento puntual, sino que has de ejercitarlo regularmente.